—Gracias —le contesté con una sonrisa y continué andando a su lado. Ahora estaba más cerca y podía ver mejor cómo se le marcaba la nariz o lo definido que tenía el puente de la nariz—. Puedes llamarme Bi o BB, es más corto y menos formal
-Me gusta BB -dije, haciendo media sonrisa.
Subimos las escaleras y, antes si qioera de que pudiese darme cuenta, ya estábamos en la tercera planta. Aquí la música de la planta baja a penas se escuchaba, y el murmullo de la gente casi se perdía en la distancia.
-Hey, ¿puedo preguntarte algo? -espeté. No podía aguantar por mucho más tiempo, las dudas me estaban comiendo por dentro. -¿Por qué me regalaste el reloj?
(perdón por tardar tanto en escribir, bachiller me está arruinando la vida y matandome por dentro. Lloro )
—Gracias —le contesté con una sonrisa y continué andando a su lado. Ahora estaba más cerca y podía ver mejor cómo se le marcaba la nariz o lo definido que tenía el puente de la nariz—. Puedes llamarme Bi o BB, es más corto y menos formal
-Me gusta BB -dije, haciendo media sonrisa.
Subimos las escaleras y, antes si qioera de que pudiese darme cuenta, ya estábamos en la tercera planta. Aquí la música de la planta baja a penas se escuchaba, y el murmullo de la gente casi se perdía en la distancia.
-Hey, ¿puedo preguntarte algo? -espeté. No podía aguantar por mucho más tiempo, las dudas me estaban comiendo por dentro. -¿Por qué me regalaste el reloj?
Suspiré. Sabía que esa pregunta llegaría.
—El reloj perteneció a alguien que fue importante para mí durante una época y al que ahora odio. Pensé en llevarlo a una joyería y venderlo pero probablemente el comprador fuera igual o peor que el antiguo dueño; pero entonces te vi a ti. En una cafetería muy normal a pesar de contar con unos desayunos exquisitos…Esta casa, tu traje —le puse bien el cuello de la chaqueta a pesar de que tendría que quitársela para cambiarse la camisa—, eres rico pero no te importa codearte con gente normal. Tienes ese reloj porque eres un mejor dueño, tienes ese reloj porque creo que lo mereces —completé con una sonrisa. Besé su mejilla y me volví a separar para que pudiera llevarme hasta el baño.
(perdón por tardar tanto en escribir, bachiller me está arruinando la vida y matandome por dentro. Lloro )
(Don’t worry xd bueno ya sabéis el porqué del reloj)
Su beso en la mejilla me pilló un poco por sorpresa, pero no hice mada. Dejé que me ajustase el cuello de la camisa y termiase de explicarse.
No sabía exactamente como reaccionar. Nunca me había pasado nada parecido a esto, nunca nadie me había visto de una manera que no fuese "el niño pijo", así que sus palabras me sorprendieron. Su manera de observar y analizar las cosas me asombraba. Mejor dicho, ella me aspombraba. Además, sentía curiosidad por saber quien era esa persona, pero decidí no preguntar para no ser un entrometido.
Me quedé en silencio, sin saber que contestar a todo aquello. ¿Debía decir lo aue pensaba en voz alta, o decirle a alguien que su manera de ver las cosas me dejaba sin palabras era algo demasiado extraño? De nuevo, estaba en una situación con Bianca en la que no sabía como actuar.
La acompañé hasta el final del pasillo y le mostré, señalando con la mano, donde se encontraba el baño.
-Yo estaré en la habitación de aquí -señalé mi cuarto. -Lo digo por si necesitas que te acompañe de vuelta. Los pasillos son un poco liosos -bromeé, y a continuación saqué una pequeña llave de mi bolsillo para abrir el baño. La mayoría de salas de esta planta estaban cerradas como medida de seguridad, y mi cuarto no era ni mucho menos una excepción. Con la misma llave abrí mi habitación. Al hacerlo me encontré girando mi cabeza para ver a Bianca de espaldas, aún tratando de descifrar el puzle o enigma que ella me suponía.
—Gracias —canturreé un poco antes de entrar en el baño. Siempre había tenido un problema en todas las fiestas, el calor. La atmósfera cargada de gente sudorosa y de vasos de alcohol había provocado que al menos una vez en la noche la visita al baño para mojarme las muñecas y el cuello fuera necesario. Hice mis necesidades también y observé lo grande que era el cuarto de baño. Aunque mis diseños eran famosos yo todavía no era exactamente una persona que se pudiera considerar a sí misma rica, tenía mucho dinero, pero no era millonaria. Salí del baño y abrí la puerta de su habitación sin llamar, otro de mis defectos hacer cosas sin pensar por estar haciendo otra cosa, en ese caso era colocarme el vestido.
—Oh lo siento —dije al ver que se estaba cambiando de camisa—. ¿Te ayudo? —dije señalando los botones.
Entré a mi cuarto y respiré hondo. Por mucho que me emcantasen las fiestas, este era mi lugar favorito. Cerré los ojos por un momento para descansar la vista. Necesitaba relajarme. Cuando los volví a abrir prendí una de las luces dejando una tenue iluminación, lo suficiente como para poder cambiarme pero sin permitir que mi dolor de cabeza aumentase. El alcohol se me empezaba a subir, o la ausencia de este, quizá. Necesitaba otra copa, aunque cualquier otra sustancia parecida podía servirme.
Revisé los cajones de mi escritorio. Nada. Mierda, ¿cómo podría haberlo olvidado? Con todo el tema de Maxime y de Bianca había olvidado el verdadero objetivo de la fiesta.
Nuevamente me encontré a mi mismo respirando hondo y tratando de calmarme. Aún quedaba noche por delante, había tiempo de sobra.
Sacudí la cabeza para despejarme y me miré en uno de los espejos de la pared. Ah, sí, tenía que cambiarme la camisa.
Me adentré en mi vestidor y armario y eché un vistazo rápido. Encontré una camisa blanca que quedaría biem con la ropa que ya llevo, así que no tardaría mucho en cambiarme.
Salí de la sala y dejé la camisa sobre el banco que tenía al pie de la cama y, justo cuando estaba tratando de desabrochar los botones de mi camisa, escuché la puerta abrirse. Me giré sobre mis talones y descubrí a Bianca en la entrada, ofreciéndome ayuda con los botones.
Tragué saliba. Era una propuesta extraña.
-Está bien -acepté su ayuda sin pensar demasiado.
Me acerqué a él y le abroché los botones a una velocidad casi inaudita, o más bien a una velocidad normal teniendo en cuenta las millones de veces que habría abrochado botones. No pude evitar rozar su piel, un pequeño tacto, y por supuesto la camisa. Tenía una sospecha que comprobé al colocarles las mangas, llevaba mis iniciales. Me pareció extraño que nadie me hubiera dicho que una de las primeras camisas que diseñé y confeccioné hubiera acabado en manos de un chico que vive en el lugar donde yo nací. Le coloqué el cuello de la camisa con una sonrisa por la reciente información.
—Perfecto e irresistible —contesté al separarme un poco para ver cómo le quedaba la camisa con el traje—, sólo te falta una marca de pintalabios en el cuello —acabé bromeando.
Me descojoné viva viendo la cara que ponia Zack, le cogí del brazo y lo llevé a la barra.
-Ponme un whisky -le dije a quien atendia a la barra. Era un chico muy alto, tenia unos ojos pequeños y achinados.
-Disculpa pero sé el follón que has montado, y no voy a ponerte nada. Deberías de provar el agua -vaciló.
-No es para mi -resoplé. El miró a Zack, el cual le sonrió y le puso el Whisky.
Tome el whisky amablemente. Maxi y yo seguimos caminando.
-No me creo que te hayan baneado de la barra de licores y todo, alucinante.- Seguimos caminando, mirando la casa, y cantando alguna que otra cancion que ponian a todo volumen, como en los viejos tiempos.
(Solo llevamos 8 paginas y ya hay mucha tension sexual, damm)
Le observé atentamente, y casi embelesado, como abrochaba uno a uno los botones de mi camisa. Me colocó las mangas e hizo una pequeña broma diciendo que tan solo me faltaba una marca de pintalabios en el cuello.
-Bueno, si quieres te concedo el honor. -dije siguiéndole el juego con una media sonrisa en el rostro. Inclinané mi cabeza hacia un lado.
Reí levemente y después lo observé. Acerqué mis labios a su oído.
—No deberías jugar con fuego con alguien como yo, que es incandescente. Haré cómo si no hubiera pillado tu tono de broma —deslicé mis labios por su cuello de una forma suave y retiré un poco el cuello de su camisa para marcarle el pintalabios en un lugar visible.
Reí levemente y después lo observé. Acerqué mis labios a su oído.
—No deberías jugar con fuego con alguien como yo, que es incandescente. Haré cómo si no hubiera pillado tu tono de broma —deslicé mis labios por su cuello de una forma suave y retiré un poco el cuello de su camisa para marcarle el pintalabios en un lugar visible.
Tragué saliva al escuchar su comentario. Casi al instante, ella retiró el cuello de mi camisa y dejó la marca de su pntalabios en mi cuello. Me permití cerrar los ojos durante unos segundos.
Cuando sus labios se separaron volví a abrir mis ojos, y le miré levantando una ceja y sonriendo. Me giré un poco para verme en el espejo de la pared.
-Verdaderamente me queda bien. ¿Crees que debería tatuármelo? -bromeé de nuevo al mimo tiempo que volvía a posar mi mirada en sus brillantes ojos.
Reí.
—Te quedaría perfecto —le guiñé un ojo. Me situé a su lado frente al espejo y me pinté los labios—. ¿Vamos a por una copa?
-Claro -contesté sin pensarmelo dos veces.
Salimos de mi cuarto y bajamos las escaleras para volver a la planta baja. Nos acercamos a la barra para pedir algo.
-¿Que va a querer usted, mademoiselle? -suelto una vez conseguimos hacernos un hueco en la barra.
—Un cubata está bien —le contestó apoyando el brazo en la barra—, si bailamos juntos al menos una canción te cuento algo más sobre mí —le propuse.
-Pues que sean dos cubatas -me inclinè hacia un camarero para pedir, y las trajo enseguida.
Al escuchar su propuesta alcé ambas cejas.
-Tentador, me gusta. -pegué un sorbo y me bebí medio cubata. -Hagamos entonces la pista nuestra.
Me puse en pie, ofreciéndole mi mano para bailar algo.
Sonreí satisfecha y tomé su mano. Me sentía mucho más libre pudiendo bailar sin que fuera ningún compromiso, sólo con alguien interesante
Reí levemente y después lo observé. Acerqué mis labios a su oído.
—No deberías jugar con fuego con alguien como yo, que es incandescente. Haré cómo si no hubiera pillado tu tono de broma —deslicé mis labios por su cuello de una forma suave y retiré un poco el cuello de su camisa para marcarle el pintalabios en un lugar visible.
Tragué saliva al escuchar su comentario. Casi al instante, ella retiró el cuello de mi camisa y dejó la marca de su pntalabios en mi cuello. Me permití cerrar los ojos durante unos segundos.
Cuando sus labios se separaron volví a abrir mis ojos, y le miré levantando una ceja y sonriendo. Me giré un poco para verme en el espejo de la pared.
-Verdaderamente me queda bien. ¿Crees que debería tatuármelo? -bromeé de nuevo al mimo tiempo que volvía a posar mi mirada en sus brillantes ojos.
(un buen bomitado en este momento no vendria mal)
Zack y yo estuvimos bailando un rato, nos habian puesto "la macarena". Estuve todo el rato pendiente de una de las esquinas del salón de la casa, y esque habia bastante gente agrupada, supongo que hablando.
-Ven -le dije a zack, mientras yo corria hacia allí. Me sentia como una niña en un parque de bolas, la verdad. Me acerqué a ese grupo de gente y logré distinguir entre lo oscuro que estaba y las luces que reflejaban una botella.
Zack y yo estuvimos bailando un rato, nos habian puesto "la macarena". Estuve todo el rato pendiente de una de las esquinas del salón de la casa, y esque habia bastante gente agrupada, supongo que hablando.
-Ven -le dije a zack, mientras yo corria hacia allí. Me sentia como una niña en un parque de bolas, la verdad. Me acerqué a ese grupo de gente y logré distinguir entre lo oscuro que estaba y las luces que reflejaban una botella.
Maxi miraba el juego con los ojos muy abiertos. Oh no, no me dirás que ahora quiere….
-Juguemos!!- Dijo mientras me miraba y sacudía. Porque siempre soy yo el que tiene que pagarla con las tonterias de Maxi. Di un gran suspiro.
-Esta bien, esta bien! Pero ya deja de sacudirme.-
Zack y yo estuvimos bailando un rato, nos habian puesto "la macarena". Estuve todo el rato pendiente de una de las esquinas del salón de la casa, y esque habia bastante gente agrupada, supongo que hablando.
-Ven -le dije a zack, mientras yo corria hacia allí. Me sentia como una niña en un parque de bolas, la verdad. Me acerqué a ese grupo de gente y logré distinguir entre lo oscuro que estaba y las luces que reflejaban una botella.
Maxi miraba el juego con los ojos muy abiertos. Oh no, no me dirás que ahora quiere….
-Juguemos!!- Dijo mientras me miraba y sacudía. Porque siempre soy yo el que tiene que pagarla con las tonterias de Maxi. Di un gran suspiro.
-Esta bien, esta bien! Pero ya deja de sacudirme.-
-Podemos jugar? -dije entusiasmada, sentandome. Habia bastante gente, bebiendo, discutiendo y riendo.
-Claro - me dijo sonriendo una de las chicas que participaban. Tenia los ojos claros y el pelo color fuego, rizado.
Zack y yo nos sentamos juntos, apoyandonos en la pared.
-Sino respodeis, BESO. -dijo un chico, hizo girar la botella y…
-Bien..bien…La nueva. Tú, guapita. Con cuantos tios te has liado las ultimas 48 horas? -dijo cruzando los brazos con una mirada asesina.
Estaba bajo la presión de todo el grupo, me miraban y seguro que esperaban algo más que la verdad.
-4 -dije. No era cierto. Apenas me habia besado nunca con nadie, solo tuve un novio, pero la cosa no fué rapido. Todos estallaron a risa.
-Estabas borracha no? -Dijo una de las chicas, no parecia muy simpatica. Callé y asentí.
Zack me miró, el sabia bien que no habia tocado a un hombre en años y le dí un codazo cuando intento susurrarme algo para reprimirme la mentira. Giré la botella.
(gente, como veo que hay gente que no sabe como empezar, podeis meteros en el grupo, solo seguid el hilo, no hace falta que vayais y blablbla, haced como que ya estais en el grupo y asi ya nos conocemos)